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            En la 
          Península Ibérica se encuentran alrededor de 80 especies de orquídeas, 
          en su mayor parte concentradas en la zonas de montaña, de las cuales 
          más de 40 especies tienen su hábitat en el Parque Natural de Cazorla, 
          Segura y las Villas.  
     La especie que me ha sido más fácil 
    de localizar  ha sido la Ophrys, en sus 
    distintas variedades: lutea, 
    speculum, apifera...  
     Esta planta debe su 
    nombre a los dos tubérculos en forma de testículos que posee y que son los 
    que harán que en la primavera próxima den lugar a una nueva planta. 
     Deriva 
    el nombre de este género del griego ophrys, ceja, aunque no está muy claro a 
    qué se debe. Quizá por utilizarse para teñir de negro las cejas y el pelo. 
     
      Es quizá el género más fácil de reconocer, aunque identificar las especies 
    es bastante más complejo. Son hierbas por lo común de pequeña talla, con una 
    roseta basal de hojas más o menos definida, y otras caulinares de menor 
    tamaño, sin manchas. Las inflorescencias son racimos laxos y paucifloros, 
    con brácteas florales foliáceas. Las flores son muy vistosas. Sépalos y 
    pétalos se disponen más o menos patentes. El sépalo dorsal es más o menos 
    cóncavo y en muchas especies parece formar un pequeño casco sobre la 
    columna. Los laterales, abiertos, son de color verde, rosa o blanquecino. 
    Los pétalos laterales suelen ser menores, a veces filiformes, patentes, de 
    color semejante a los sépalos.  
     El labelo constituye la estructura de 
    mayor tamaño y la más llamativa. En la mayoría de las especies presenta la 
    forma de un insecto y se divide en tres lóbulos, los laterales de morfología 
    y disposición muy variable; el central generalmente abombado, con el ápice 
    desde apendiculado (O. scolopax), a escotado (O. dyris) o revoluto (O. 
    tenthredinifera). Puede tener diversos grados de pilosidad, dibujos, 
    espejuelos, crestas, etc. En el centro de la flor se encuentra la columna. 
    En su base se encuentra la abertura o cavidad estigmática, y por encima de 
    ésta se alza la parte de la columna que aloja las dos polinias, cada una con 
    una larga caudícula y de dispersión independiente. En muchas especies, los 
    laterales de la abertura estigmática tienen dos pequeños y brillantes 
    bultitos que pueden parecer los ojos de un insecto y, por ello, se denominan 
    falsos ojos. Ovario sésil en el que se aprecia poco el revirado. Frutos con 
    hasta 10000-15000 semillas. 
     
      Durante la floración comienzan a envejecer las hojas basales. A lo largo 
    del verano se acaba secando toda la parte aérea. Y, al llegar el otoño, con 
    algo más de fresco y lluvia, se suelen desarrollar las hojas de la roseta, 
    que permanecen durante el invierno. Ello permite que se inicie la formación 
    de un nuevo tubérculo durante el otoño. Se detiene casi su desarrollo 
    durante el invierno y se acelera a la primavera siguiente. La formación de 
    la inflorescencia ocurre a costa de los nutrientes almacenados en el 
    tubérculo viejo, no del nuevo, que actuará al siguiente año. Cuando se seca 
    la parte aérea el tubérculo viejo está prácticamente agotado. No todos los 
    años se produce la floración. Parece que la planta debe ir acumulando 
    materia a lo largo de más de un año, aumentando en superficie foliar (número 
    y tamaño de las hojas) y en peso. 
     
 La polinización tiene lugar por engaño sexual o pseudocopulación, ya que 
    el labelo imita a las hembras de ciertos himenópteros, e inclusive a otros 
    grupos de insectos. El género se divide en dos secciones en función de la 
    posición que adopta el abejorro al ser engañado. Si el insecto se dispone 
    con la cabeza hacia el centro de la flor (polinización cefálica), se trata 
    de la sección Euophrys, la más amplia del género. Si, por el contrario, el 
    insecto mira hacia el exterior de la flor y transporta los polinarios sobre 
    el abdomen (polinización abdominal), se trata de la sección Pseudophrys, 
    menos numerosa pero no menos compleja en lo taxonómico. 
     
 El engaño no es sólo visual, también táctil e incluso olfativo. La 
    relación es bastante específica. Los machos de himenópteros suelen emerger 
    de la ninfa antes que las hembras e intentan la cópula con las orquídeas con 
    mucho entusiasmo. Una pseudocópula puede durar desde pocos segundos hasta un 
    cuarto de hora. A pesar de tan refinado sistema, la hibridación natural 
    parece ser frecuentísima. 
     
 Las flores de Ophrys producen también sustancias aromáticas. No tienen 
    exactamente las mismas feromonas que segregan las hembras de los insectos, 
    pero sí una buena cantidad de sustancias cuyo conjunto también debe resultar 
    atractivo y estimulante para los machos. Este conjunto de aromas parece 
    vital en los procesos de especiación pero, lamentablemente, nos resulta 
    inaccesible a los humanos. Por el contrario, el factor visual que nosotros 
    apreciamos bien, podría ser de importancia secundaria para los 
    polinizadores. En algunos casos, las semejanzas con un insecto son muy 
    evidentes (incluso para nosotros) en pelosidad, máculas, crestas, ojos, etc. 
     
     Otros caracteres de importancia en los procesos de especialización son el 
    tamaño del labelo, que constituye un mecanismo de selección del polinizador, 
    y la época de floración, porque los machos aprenden y al cabo de cierto 
    tiempo no hacen caso de las orquídeas y se dedican a buscar sus verdaderas 
    hembras. Por lo tanto, deben aprovechar los machos "inexpertos" y serán 
    favorecidas las plantas que florezcan comparativamente temprano. Una 
    floración tardía puede aprovechar otra especie de polinizador o una segunda 
    generación de la misma especie. Por tanto, esto apoyaría procesos de 
    especiación temporal. 
     
     El género en su conjunto muestra claras preferencias calcícolas y 
    heliófilas. Para algunas especies se admite tolerancia a los suelos ácidos o 
    a los húmedos. Habitan matorrales, tomillares, pastos más o menos 
    empobrecidos, lugares abiertos, etc. 
     Algunos años, cuando la primavera ha 
    sido lluviosa, se dan floraciones masivas muy llamativas en nuestro entorno. 
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