Desde el verano de 2004, el
castillo de Segura de la Sierra puede ser visitado de forma
provisional, anunciando lo que parece ser su inminente transformación
en un Centro de Interpretación Histórica, que a modo de un museo,
albergará en sus entrañas los restos de la historia musulmana,
medieval y más reciente que posee este pueblo de ensueño.
La visita comienza en la Puerta
en Acodo o entrada principal al Alcázar Mudéjar. En ella, tras una
breve descripción del futuro Centro de Interpretación Histórica que
albergará el castillo, se comienza describiendo la estructura de dicha
puerta: consiste en la disposición en acodo, formando un ángulo de 90
grados entre ellas, de las dos puertas del acceso principal a la
fortaleza, quedando las mismas unidas por una rampa, que actualmente
es escalonada tras su restauración. Es una construcción típica de las
fortalezas musulmanas, proveniente de los poblados del norte de
África, y tiene una función altamente defensiva.
Posteriormente, se continúa por
el edificio que nos encontramos a mano izquierda al acceder al Patio
de Armas. Es la estancia que alberga el Baño Árabe del castillo: una
construcción ubicada de forma inusual dentro de una fortaleza, ya que
lo mas común era que este tipo de baño se situase en la Medina
musulmana, tal y como conocemos los baños situados bajo la calle de la
iglesia, en Segura de la Sierra. El baño musulmán que aquí
encontramos, es la construcción más antigua y valiosa que podemos
visitar en la fortaleza (se advierte al visitante de la diferencia
entre la construcción propiamente musulmana, en la que nos encontramos
y que se fecha entre finales del siglo IX al XI; y la mayoría del
cuerpo del alcázar que después visitaremos, que data del siglo XIII, y
es una construcción típicamente mudéjar, levantada tras la reconquista
de la zona que se llevó a cabo por los Caballeros de la Orden de
Santiago. El Castillo Mudéjar deja ver todavía tintes de su pasado
musulmán, ya que su reedificación corrió a cargo de los mudéjares.
Tras dar a conocer el tipo de baño (los baños musulmanes eran baños de
vapor básicamente, a diferencia de los romanos que utilizaban baños de agua)
se explica la estructura y funcionamiento del mismo, entrada y canalización
del agua. A la salida de la estancia, podemos ver la acequia que reconducía
el agua hacia el baño, tal vez procedente de la terraza que a forma de
embudo recogía el agua de la lluvia, y también observamos parte de la
estructura que originariamente calentaba el agua: el horno del baño.
Seguidamente
accedemos al Adarve o Camino de Ronda, recorriendo todo el perímetro de la
fortaleza, exceptuando la torre del homenaje. Es la muralla defensiva más
interna, y en caso de ataque, era el lugar donde se parapetaban los
defensores. Desde el Adarve, vamos divisando detalladamente las murallas
musulmanas que bordeaban la ciudad de Saqura.
Comenzamos divisando el Torreón de las Eras, una especie de complejo
defensivo mayor, ubicado en la salida de Segura hacia la sierra. Es por ello
que junto a él, existían dos o tres torres más pequeñas, cuya función era
crear un complejo defensivo de gran envergadura en la zona, puesto que esa
zona, por la morfología del terreno, permitía hacer ataques de forma más
repentina que desde el valle.
Desde ahí continuamos hacia la Puerta de Góntar, primera puerta de
entrada a la Medina de Saqura. Es actualmente la puerta más restaurada, y
funciona como botiquín o enfermería de la Plaza de Toros.
La Plaza de Toros es
una de las más antiguas y singulares de nuestro país, debido a su origen
como Patio de Armas de la fortaleza, y a su singular morfología rectangular.
En ella se celebran festivales taurinos en honor a la Virgen del Rosario,
durante los días 6 y 8 de octubre.
Continuamos con la
muralla hacia la segunda puerta de entrada: La Puerta de Orcera. Es la
puerta más derruida, y conserva todavía el camino original que llevaba hasta
el pueblo del mismo nombre. Desde el mismo sitio, podemos observar a lo
lejos, tres torres defensivas, que formarían parte de las 21 torres que
rodeaban la fortaleza de Saqura.
La siguiente puerta, sería la Puerta de Catena, que no se divisa desde
el castillo por estar tapada por la Iglesia, y es la que mejor se conserva
en la actualidad. Frente a ella encontraremos los baños árabes de Saqura.
Y para finalizar
llegamos a la cuarta puerta de entrada, la Puerta Nueva, que fue la puerta
más modificada durante el siglo XVI. Dicha puerta poseía otro torreón a la
derecha del arco igual que el existente a su izquierda, y además la
estructura estaba cerrada por una puerta de madera.
Dejando el recinto exterior, nos centramos en La Barbacana, la muralla
intermedia o antemuro situada frente a las murallas del castillo. Es una
obra de fortificación que servía para proteger la puerta de acceso y
controlar desde la altura, toda la planta de la Medina de Segura.
También se hace una parada para comentar diferentes estructuras como el
aljibe exterior, la puerta en codo de acceso a pie al castillo, el monte el
Yelmo, fuente de inspiración de poetas como Quevedo, que pasaba largas
estancias en Segura, visitando a su amigo Mesía de Leiva, y lugar donde se
celebra cada mes de julio el FIA: Festival Internacional del l Aire; el
monte que alberga a Segura la Vieja, posible asentamiento íbero, la piedra
bajo la que se sitúa la Torre del Agua, la Torre del Espolón…
La siguiente estancia corresponde a la Torre del Homenaje. Es la
construcción más alta de la fortaleza. Ocupa el ángulo sur de la misma, y
tiene una planta ligeramente trapezoidal, con el ángulo más exterior, Sur,
apuntado. Tiene tres plantas y terraza con almenas defensivas.
En la primera planta, tras advertir al visitante que éste edificio es el
más restaurado de la fortaleza durante los años 1966 y 1967, se pueden
observar dos estancias culminadas por bóvedas de cañón. La estructura del
cuerpo de la torre, está construida en mampostería, técnica que usa el
apilamiento de piedras, sin ninguna intención ornamental, y cuyo único fin
es la obtención de una estructura resistente a los ataques, con muros de
aproximadamente dos metros de anchura.
Tras dar a conocer el uso como museo dedicado a la época musulmana, Edad
Media y en especial, a nuestro hijo ilustre, Jorge Manrique, subimos por la
primera escalera, denominada popularmente “del Niño", divisando a la
izquierda la única ventana mudéjar de la torre que se conserva íntegramente
original desde su origen.
Llegamos a la primera planta, o “Sala de los Caballeros”, donde
observamos una sala compuesta por seis bóvedas de arista, sujetas por
columnas en cruz griega. En las paredes se observa la estructura original de
la mampostería en cal y canto.
Subimos por las
escaleras “del Niño”, accediendo a la tercera planta, o “de la Reina”; en
ella la estructura es similar en número de bóvedas y disposición, pero con
la peculiaridad de estar a la mitad de altura, ello crea una ambiente mucho
más acogedor e íntimo.
Es destacable la curiosidad que presenta en esta sala una de las
características que poseen las bóvedas de arista de la planta: por la
morfología de dicha estructura, el susurro de una persona desde uno de los
vértices, se transmite de forma íntegra hasta el otro vértice de la bóveda,
sin ser escuchado por las personas del interior de la sala. Es parecido a lo
que podemos comprobar al visitar la Sala de los Secretos en el Palacio de
Carlos V, en Granada.
Finalmente accedemos por las últimas escaleras, cubiertas por una bóveda
rampante, hasta la terraza, bordeada por almenas defensivas, y que en su
origen poseía el suelo en forma de embudo, aprovechando el agua de la
lluvia, posiblemente canalizada posteriormente hacia el baño árabe, por el
interior de la torre. Desde aquí, podemos observar unas espectaculares
vistas de los alrededores de Segura, situados en el punto más alto del
pueblo, a 1230 metros de altura.
Posteriormente, salimos al Patio de Armas, donde observamos el Aljibe
central, que actualmente está techado, tras las obras de restauración, y
está bordeado en dos de sus laterales por una fuente que nos regala el
sonido del agua cayendo a diferentes alturas. La función básica del aljibe
era la recogida del agua procedente de la lluvia.
Entramos a la Iglesia o Capilla, construcción Mudéjar del siglo XIII, en
la que observamos un ábside semicircular, que alberga en su interior
numerosos arcos en herradura, típicos de la arquitectura mudéjar, y posee un
techo forrado por una bóveda de crucería de estilo gótico, con siete arcos
ojivales. Pasando por la planta rectangular de la edificación llegamos a la
Sacristía, ubicada en el interior de un torreón, y cuya bóveda es la mejor
conservada del castillo, casi al completo. Podemos ver una trampilla que nos
enseña una estancia subterránea; posiblemente la que albergaba la vía de
escape subterránea por la que escapaban los habitantes de la fortaleza
musulmana ante los ataques.
Salimos de la capilla
y pasando por el Podio (parte de la muralla almohade, construida en un
material muy resistente -tabylla- formando encajonamientos) nos dirigimos a
La Mazmorra. Esta estancia también conserva una bóveda, original en gran
parte, y en su interior, hubo encerrados numerosos personajes ilustres,
tales como Ibn Ammar, poeta y primer ministro del rey musulmán Al Mutamid,
que finalmente fue llevado hasta Sevilla para ser asesinado por su rey,
debido a una larga historia de avaricia y traiciones. Es curiosa la forma en
que éste personajes abandonó la fortaleza: colgado de una soga, y descendido
por la ventana de la mazmorra, ya que los habitantes de la fortaleza no se
fiaban de los caballeros sevillanos que vinieron a por él, y decidieron no
abrirles la puerta de la fortaleza. También cuenta la leyenda, que pudo
estar aquí encerrado Quevedo.
Finalmente llegamos al Refectorio, última estancia del castillo, que
también ha sido el lugar que más usos ha albergado. Primero se utilizó como
refectorio, lugar de juntas a la hora de comer. Pero su utilidad más famosa
fue la de establo o caballerizas, que corrió a cargo de las tropas francesas
que saquearon y arrasaron la fortaleza a principios del siglo XIX. Del paso
de dichas tropas, nos quedan los Arcos en Diafragma que alberga la estancia,
y que están construidos con una disposición anómala respecto al edificio.
Este edificio ha sido techado en la última restauración, al igual que el de
los baños, con el fin de proteger los arcos anteriormente citados.
Previo a la conclusión de la visita, observamos restos de columnas
distribuidas por el escenario (que acogerá futuros espectáculos y
escenificaciones medievales, así como conciertos) y que parecen ser
resquicios de lo que en su origen fuera un asentamiento romano sobre el
monte que hoy acoge al castillo, y que daría el nombre de Castrum Altum a
Segura. Las columnas dispuestas en línea, paralelamente al edificio de los
baños, parece ser que conservan su disposición original, y pertenecerían a
una construcción posterior: un Claustro o Tribuna, construido en frente de
la Capilla, y que era una edificación típica de los Monjes Guerreros de la
Orden de Santiago, que reconquistaron la zona en el siglo XIII, en tiempos
de Fernando III.
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